domingo, 17 de marzo de 2013

Hoy por hoy.


Sin calor, la sangre escurre
    anda por ahí, desganada
    con la lentitud del espesor y la consistencia de lo aguado.  
    Ni siquiera se puede decir de ella que anda, la verdad es que le andan
    en una sola dirección, hacia el descanso.
                  llevo días caminando deslizándome Inerte.

Sin una pizca de rojo, el amarillo es frívolo
       no llama a la fuerza de la vida con elegancia
       no llama al movimiento, llama a la quietud plástica.
       la quietud de los objetos sin sentido, de la felicidad del tarado,
       que anda por las suyas,
       ahí
       cómo sin consciencia de su sangre.

       ... En cambio yo aquí; fría, aguada e incolora.
       Llevo el dolor de la existencia, a penas relamientes.
       con una maldita obsesión por la sangre, los colores, la temperatura, la muerte -sobre todo la muerte- y     la vida...
     
             La vida...
     
¡Mi vida!

       ya ni cálida, ni roja
       mi vida ahogada, se acaba.
       sofocada...
       Mi último respiro resulta eterno
       mi ultimo respiro, que es esta conciencia
       este dolor
              de mi ultimo yo voluntarioso
              mi deseo de vivir que no comprendo,
              mi ego con su banderita, escondida, diminuta y roja,
              reclamando rebeldía a mi rebeldía.

            mi último ego valiente
       terco, resistente
       imbécil obnubilado por un enrojecido infinito
       no quiere creer que nos quedamos en nada
       que todo lo cedí
que, aquí donde me creo sentada, no soy
        ¡TODO lo cedí!
El sonido es el que escucho
Las imágenes, lo que veo
Si hay pensamientos, es que los leo
¡Todo lo creado es del mundo!
Nada se crea acá dentro,
...desde hace tanto tiempo.

Y cómo convenciendole comento cómo fue que de a pedacitos,
a través de los años, lo arrojé a un dolor tan quemante como ajeno
y lo deje... lo inmolè.
       Primero desprendì a la que, en ese tiempo, era mi conciencia blanca,
       entremedio y despacito, mi anaranjada cordura
       y de última, en este minuto, mi roja voluntad.


Soliloque.

lunes, 11 de marzo de 2013

Mi oficio


Mi oficio es sentir
despacio,
violento
Concretar con mi sangre la fantasía de lo no-neutro.

Y porque decidí, entre tantas cosas
escuchar a la que canta dentro
aún cante agrio
aún sepa gris
y en el peor de los casos, guarde silencio.


Soliloque